La forma de afrontar el estudio de un examen tipo test es muy diferente a la preparación de otro tipo de examen. En un examen tipo test no es suficiente con aprender y memorizar los conceptos generales, sino que es necesario entenderlos bien para tener un conocimiento claro y concreto de los datos sobre los que te están preguntando.
Estas claves te ayudarán a enfrentarte con éxito a un examen tipo test. Prueba a poner estos consejos en práctica y verás cómo aumentarán tus posibilidades de aprobar:
Infórmate bien de la estructura, el formato, el tiempo disponible y los temas que cubrirá el examen antes de comenzar a estudiar. También será muy útil saber si hay preguntas o partes del examen con una mayor puntuación o si las respuestas erróneas o no contestadas puntúan negativamente. Toda esta información te ayudará a abordar el examen con la estrategia correcta. Por ejemplo, si los fallos no penalizan responde a todas las preguntas, empieza por contestar a las preguntas que te resulten más fáciles dejando para el final las más largas o de mayor dificultad para ti y, en el caso de que tengas que rellenar una plantilla con las respuestas, reserva los últimos 5/10 min para este proceso.
Recopila toda la información, simulaciones de examen y materiales proporcionados por el profesor o examinador, que seguro te darán pistas sobre las preguntas que probablemente aparezcan en el examen.
Practica lo máximo posible con simulaciones de examen e intenta hacerlo en una situación lo más parecida a la real cronometrando el tiempo. Esto te dará mucha información sobre el ritmo de respuesta que debes llevar para acabar el examen durante el tiempo marcado y te ayudará a entrenarte y reducir la ansiedad el día del examen.
Haz test de los temas más importantes que seguramente entrarán en el examen. Ten a mano una lista de estos temas, identifica preguntas de examen relacionadas y asegúrate de que sabes contestarlas. No te confíes y dejes de lado las materias más fáciles. Repasa todo antes del examen.
Haz un estudio activo potenciando la memoria de reconocimiento, en vez de la del recuerdo. Identifica y destaca los conceptos claves. No se trata de retener muchos datos sino de comprender y tener claro los conceptos más relevantes para que nos resultan familiares y poder responder de forma más efectiva el día del examen.
Planifica el tiempo de estudio. Distribúyelo de tal forma que te permita dejar tiempo para dedicar a aquellas áreas más complejas, que irás identificando a medida que vayas avanzando en el estudio.
Reduce las distracciones que interrumpan el estudio (silencia las notificaciones de las aplicaciones de tu teléfono móvil o los avisos de los emails entrantes) y descansa cada 45 minutos o 1 hora, lo que te ayudará a mantener la concentración.
No te pierdas las clases de repaso y aprovecha las tutorías que ofrecen los profesores durante el curso y antes del examen para resolver tus dudas.
No olvides hacer todos los test que puedas, ya que en este tipo de exámenes es esencial entrenarse para agilizar la comprensión lectora y poder reconocer claramente las respuestas correctas y las erróneas.
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